La luz de un verano
Este verano ha sido el verano de la luz.
Ha soplado poco el viento y mucho el calor. Así y todo, se ha podido certificar, sin duda y por todas las fuentes de información consultadas, que hay una vacante sin cubrir. Ha sido ocupada por un interino tras otro hasta que, harto el sistema de tanta temporalidad, decidió emitir un decreto.
Ese decreto decía: "La plaza que nos ocupa se adquirirá con carácter de permanencia en concurso-oposición. Los candidatos deben presentar todos sus méritos en los términos legales previstos".
La selección de candidatos fue rápida, ninguno llegó al mínimo fijado por la administración. Para entonces, la leona con el cuerpo lleno de cicatrices estaba hastiada del proceso. Decidió volver a la paz de su territorio en la sabana, a escuchar cantar a su chotacabras y a pensar sistemas para ahuyentar a los insectos que no le permiten dormir al raso. Y si ve aparecer a un escorpión, mira hacia otro lado.
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