Yo quisiera ser Jaime Gil de Biedma
Pero soy una mujer con dos tetas
—mamas, en este contexto—
que necesitan ecografia mamografia bilateral.
Tomo aire. La máquina me mira
con ojos de tejón miope dos manos
untan mis pechos en ese metacrilato
como si fueran de mantequilla
o un huevo frito con textura de gelatina.
Algún dia se romperán y el contenido
se derramará hasta colarse debajo
de la puerta radiodiagnóstico box F
y asustar a la sala de espera.
Cuatro veces tres segundos. Se acaba.
Recupero mi solidez túmbese aquí
me unta de gel ecográfico y aparecen
lineas blancas fondo negro ella mira y entiende
un historial con datos muy científicos:
- dos niñas engordaron 600 gr/semana
(en lugar de leche, era chimbote) - accidente de tráfico a 136 km/h quiste necrosis mamaria
(aunque parece que ya está enterrado) - 3 días cada ciclo 38 años la menstruación
(1734 días de dolor en los laterales del pecho) - Una menopausia que aún no asoma
(calculo que con 567 mgr/l de hormona en sangre)
Todo está bien, no hay nada malo, apunta que todo bien
sigue atenta ahora el ecógrafo le muestra porno de (n+2)2 labios
(la doctora memoriza caras, retiene nombres, interpreta gestos,
lamer, succionar, besar, chupar, restos de gentes y de malas noches).
No hay nada malo, dice contenta
(se larga silbando con mis tetas chorreando glicerina)
aunque sobra diversidad y falta algo parecido al amor.
En el informe pone que mejore mi criterio
y que me compre una bici eléctrica.
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